viernes, 8 de octubre de 2010

Escuela Secundaria General #6 Belisario Dominguez


Ayer en la escuela secundaria general #6 belisario dominguez selebraron el aniversario de la muerte de este,
con un homenaje a su nombre y dando su discurso:

 

Señor presidente del Senado:
       Por tratarse de un asunto urgentísimo para la salud de la Patria, me veo obligado a prescindir de las fórmulas acostumbradas y a suplicar a usted se sirva dar principio a eta sesión, tomando conocimiento de este pliego y dándolo a conocer enseguida a los señores senadores. Insisto, señor Presidente, en que este asunto debe ser conocido por el Senado en este mismo momento, porque dentro de pocas horas lo conocerá el pueblo y urge que el Senado lo conozca antes que nadie.




Señores senadores:


       Todos vosotros habéis leído con profundo interés el informe presentado por don Victoriano Huerta ante el Congreso de la Unión el 16 del presente.


       Indudablemente, señores senadores, que lo mismo que a mí, os ha llenado de indignación el cúmulo de falsedades que encierra ese documento. ¿A quién se pretende engañar, señores? ¿Al Congreso de la Unión? No, señores, todos sus miembros son hombres ilustrados que se ocupan en política, que están al corriente de los sucesos del país y que no pueden ser engañados sobre el particular. Se pretende engañar a la nación mexicana, a esa patria que confiando en vuestra honradez y vuestro valor, ha puesto en vuestras manos sus más caros intereses.


       ¿Qué debe hacer en este caso la representación nacional?


       Corresponder a la confianza con que la patria la ha honrado, decirle la verdad y no dejarla caer en el abismo que se abre a sus pies.


       La verdad es ésta: durante el gobierno de don Victoriano Huerta, no solamente no se hizo nada en bien de la pacificación del país, sino que la situación actual de la República, es infinitamente peor que antes: la Revolución se ha extendido en casi todos los estados; muchas naciones, antes buenas amigas de México, rehúsanse a reconocer su gobierno, por ilegal; nuestra moneda encuéntrase depreciada en el extranjero; nuestro crédito en agonía; la prensa de la República amordazada, o cobardemente vendida al gobierno y ocultando sistemáticamente la verdad; nuestros campos abandonados; muchos pueblos arrasados y, por último, el hambre y la miseria en todas sus formas, amenazan extenderse rápidamente en toda la superficie de nuestra infortunada patria.


       ¿A qué se debe tan triste situación?


       Primero, y antes de todo, a que el pueblo mexicano no puede resignarse a tener por Presidente de la República a don Victoriano Huerta, al soldado que se apoderó del poder por medio de la traición y cuyo primer acto al subir a la presidencia fue asesinar cobardemente al presidente y vicepresidente legalmente ungidos por el voto popular; habiendo sido el primero de éstos, quien colmó de ascensos, honores y distinciones a don Victoriano Huerta y habiendo sido él, igualmente, a quien don Victoriano Huerta juró públicamente lealtad y fidelidad inquebrantables.


       Y segundo, se debe esta triste situación  a los medios que Victoriano Huerta se ha propuesto emplear, para conseguir la pacificación. Estos medios ya sabéis cuáles han sido: únicamente muerte y exterminio para todos los hombres, familias y pueblos que no simpaticen con su gobierno.


       "La paz se hará cueste lo que cueste", ha dicho don Victoriano Huerta. ¿Habéis profundizado, señores senadores, lo que significan esas palabras en el criterio egoísta y feroz de don Victoriano Huerta? Estas palabras significan que don Victoriano Huerta está dispuesto a derramar toda la sangre mexicana, a cubrir de cadáveres todo el territorio nacional, a convertir en una inmensa ruina toda la extensión de nuestra patria, con tal de que él no abandone la presidencia, ni derrame una sola gota de su propia sangre.


       En su loco afán de conservar la presidencia, don Victoriano Huerta está cometiendo otra infamia; está provocando con el pueblo de Estados Unidos de América un conflicto internacional en el que, si llegara a resolverse por las armas, irían estoicamente a dar y a encontrar la muerte todos los mexicanos sobrevivientes a las amenazas de don Victoriano Huerta, todos, menos don Victoriano Huerta, ni don Aureliano Blanquet, porque esos desgraciados están manchados con el estigma de la traición, y el pueblo y el ejército los repudiarían, llegado el caso.


       Esa es, en resumen, la triste realidad. Para los espíritus débiles parece que nuestra ruina es inevitable, porque don Victoriano Huerta se ha adueñado tanto del poder, que para asegurar el triunfo de su candidatura a la Presidencia de la República, en la parodia de elecciones anunciadas para el 26 de octubre próximo, no han vacilado en violar la soberanía de la mayor parte de los estados, quitando a los gobernadores constitucionales e imponiendo gobernadores militares que se encargarán de burlar a los pueblos por medio de farsas ridículas y criminales.


       Sin embargo, señores, un supremo esfuerzo puede salvarlo todo. Cumpla con su deber la representación nacional y la patria está salvada y volverá a florecer más grande, más unida y más hermosa que nunca.


       La representación nacional debe deponer de la presidencia de la República a don Victoriano Huerta por ser él contra quien protestan con mucha razón todos nuestros hermanos alzados en armas y de consiguiente, por ser él quien menos puede llevar a efecto la pacificación, supremo anhelo de todos los mexicanos.


       Me diréis, señores, que la tentativa es peligrosa porque don Victoriano Huerta es un soldado sanguinario y feroz, que asesina sin vacilación ni escrúpulo a todo aquél que le sirve de obstáculo. ¡No importa, señores! La patria os exige que cumpláis con vuestro deber, aun con el peligro y aun con la seguridad de perder la existencia. Si en vuestra ansiedad de volver a ver reina la paz en la República os habéis equivocado, habéis creído en las palabras falaces de un hombre que os ofreció pacificar a la nación en dos meses y le habéis nombrado presidente de la República, hoy que veis claramente que éste hombre es un impostor inepto y malvado, que lleva a la patria con toda velocidad hacia la ruina, ¿dejaréis por temor a la muerte que continúe en el poder?


       Penetrad en vosotros mismos, señores, y resolved esta pregunta: ¿Qué se diría a la tripulación de un gran navío que en la más violenta tempestad y en un mar proceloso, nombrara piloto a un carnicero que, sin ningún conocimiento náutico navegara por primera vez y no tuviera más recomendación que la de haber traicionado y asesinado al capitán del barco?


       Vuestro deber es imprescindible, señores, y la patria espera de vosotros que sabréis cumplirlo.


       Cumpliendo ese primer deber, será fácil a la representación nacional cumplir con los otros que de él se derivan, solicitándose enseguida de todos los jefes revolucionarios que cesen toda hostilidad y nombren sus delegados para que de común acuerdo, elijan al presidente que deba convocar a elecciones presidenciales y cuidar que éstas se efectúen con toda legalidad.


       El mundo está pendiente de vosotros, señores miembros del Congreso Nacional Mexicano, y la patria espera que la honraréis ante el mundo, evitándole la vergüenza de tener por primer mandatario a un traidor y asesino.

Dr. Belisario Domínguez
Senador por el estado de Chiapas
17 de septiembre de 1913

http://foro.univision.com/t5/Historia-Universal/Discurso-origin%C3%A1l-de-Belisario-Dom%C3%ADnguez-contra-Victoriano/m-p/67567100



QUE REALIZO



En Chiapas, la revolución en la etapa maderista no tuvo manifestaciones tan violentas o masivas como en otros estados, pero logró la adhesión de hombres progresistas como el propio Domínguez. La popularidad adquirida merced a su humanitarismo, a su preocupación por los enfermos y a sus gestiones para la construcción de un hospital en Comitán, propiciaron que en 1911 fuera electo presidente municipal de su pueblo natal.

Previo a las elecciones federales para renovar el Congreso de la Unión, celebrada el 30 de junio de 1912, Domínguez Palencia había rechazado su candidatura a senador propietario, aunque aceptó ser suplente de Leopoldo Gout, quien murió por causas naturales poco después del asesinato de Madero y del ascenso a la presidencia de Victoriano Huerta. De este modo, el 6 de marzo de 1913, Belisario Domínguez ocuparía un escaño en la Cámara de Senadores.

Domínguez fue un duro opositor al régimen huertista, tanto que solicitó a la Cámara se le comisionara para exigir la renuncia de Huerta. Para hacerlo, preparó dos discursos para las sesiones del 23 y 29 de septiembre de 1913. La Cámara prohibió la circulación de esos discursos para proteger al senador de posibles represalias por parte de las autoridades huertistas, sin embargo, Domínguez los mandó a imprimir y los distribuyó públicamente. El siguiente es un fragmento de uno de ellos: "La Representación Nacional debe deponer de la Presidencia a don Victoriano Huerta..."

Esta acción originó que el jefe de la policía del Distrito Federal, Bernardo Palado, librara de inmediato una orden de aprehensión en su contra, por considerarlo enemigo del Gobierno. Poco después, el 7 de octubre, Belisario Domínguez fue capturado en una habitación del hotel Jardín y conducido al cementerio municipal de Coyoacán, donde fue asesinado.

La desaparición de Belisario Domínguez originó que en la Cámara se hicieran fuertes críticas al régimen huertista durante las sesiones del 9 y 10 de octubre. En respuesta, Huerta disolvió el Congreso y ordenó la aprehensión de todos los diputados para evitar que lo desconocieran; sin embargo, dicha orden contribuyó determinantemente a su caída.

Por su valor cívico, Belisario Domínguez fue declarado Héroe de la Patria, su ciudad natal fue nombrada Comitán de Domínguez, y en 1952 se instituyó una medalla con su nombre, otorgada por el Congreso de la Unión a quien se distingue por las virtudes que Belisario Domínguez poseyó: su integridad y valor cívico.

sábado, 2 de octubre de 2010

biografia

1863-1913

Belisario Domínguez nació en Comitán de las Flores, Chiapas, el 25 de abril de 1863. Sus padres fueron Cleofas Domínguez y María del Pilar Palencia. Realizó la instrucción primaria en su ciudad natal y, al concluirla, fue enviado a San Cristóbal de las Casas donde ingresó en el Instituto de Ciencias y Artes para cursar estudios superiores. En el año de 1879, fue enviado a Francia para perfeccionarse, allí estudió en la Sorbona, donde obtuvo el título de doctor en medicina el 17 de julio de 1890, y realizó, además, un estudio especializado en oftalmología.

A fines de 1890, Belisario Domínguez retornó a Comitán, ahí se dedicó por entero al ejercicio de su profesión. Así, la casa paterna se convirtió en un consultorio e instaló una pequeña farmacia, "La Fraternidad", donde manifestó su vocación altruista.

Una muestra de su valentía cívica la dio al enfrentarse, en 1905, al gobernador Rafael Pimentel, quien había incautado los fondos reunidos por la Junta Popular de Beneficencia de Comitán para construir un hospital. El emérito doctor solicitó públicamente al gobernador la devolución del dinero; éste accedió, y el inmueble que se edificó se destinó a fines educativos.

Belisario Domínguez tenía una fuerte raigambre liberal que lo impulsó a manifestarse en contra de las arbitrariedades del porfirismo, incursionando para ello como periodista combatiente; en abril de 1903, él mismo publicó una hoja suelta titulada "Chiapas", en la cual denunciaba la miseria de su estado; al año siguiente publicó el periódico "El Vate", título formado con las iniciales de las palabras Valor, Alegría, Trabajo y Estoicismo, a través del cual se propuso luchar contra las grandes diferencias sociales.